Crimen Ferpecto, de Alex de la Iglesia (2004)
Cuando salimos de verla, allá por enero de este año, recuerdo haber pensado que hacía mucho que no la pasaba tan bien en el cine. Alex de la Iglesia sabe cómo hacer humor negro, y "Crimen Ferpecto" es el mejor ejemplo.
Rafael (Guillermo Toledo) trabaja en una suerte de Fallabella gallego, y tiene un don natural para las ventas y para el levante. Pero cuando el primer paso hacia su mundo perfecto -la posibilidad de convertirse en jefe de planta- se ve truncada por un competidor, comienzan los problemas. Un crimen que no sale perfecto sino ferpecto, con una testigo clave (Lourdes, la única del local a la que jamás querría levantarse) que lo chantajeará, será sólo el principio de un inevitable descenso hacia los infiernos.
En el medio, de la Iglesia realiza una sutil pero ácida crítica a la sociedad posmoderna, especialmente al mundo del trabajo y la moda. Inolvidables personajes, situaciones absurdas e hilarantes, diálogos geniales, divertidos pensamientos en off del protagonista.
La película decae algo en la última media hora, esperando una resolución, pero no deja de ser una comedia imperdible, ideal para ver con amigos.
Hace 5 años.
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