Dice Daniel Arcucci, enviado especial a Alemania por La Nación:
Curioso y fascinante es el sentimiento que provoca un Mundial: sentirse protagonista es una necesidad tan fuerte que puede volvernos grandes o pequeños; como si se diera, en cada una de esas sensaciones, una interna competencia entre el orgullo y el consuelo.
Allí están, por ejemplo, los casos de Horacio Elizondo, de Mauro Camoranesi y de David Trezeguet, la presencia argentina en la final. Están los que dicen que es "chiquitaje" aferrarse a sus aportes para sentirse parte de la fiesta y también están los que dicen que cierto valor tiene contar con un referente en cada una de las tres partes que hacen al gran partido.
En realidad, es un foco sobre el cual situar un punto más de atracción, mientras por dentro carcomen la bronca y la tristeza por no estar como protagonistas verdaderos.
Hace 5 años.
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