Apuntes mundialistas: sufrir sábado, 16 de junio de 2018

Sufrir con el despertador. Ponerse la alarma un sábado a las 6:50 de la mañana es uno de los tantos sacrificios que nos exige esta Copa del Mundo. El esfuerzo parecía valerlo: debut de la Francia de Didier Deschamps, la selección de mil millones de euros, el equipo de Griezmann, Pogba, Matuidi, Giroud y Mbappé. Pues bien: al menos en su debut, insinuó poco y mostró menos más allá de los rutilantes nombres propios. Enfrente estaba Australia, un equipo que casi siempre viene a los mundiales de paseo y que, como Larreta al subte, aporta poco más que color amarillo y buenas intenciones. Más allá de los famosos nervios del debut, para Francia este era un partido para ganar 2-0 y a otra cosa. Sin embargo, el primer tiempo cerró con un soporífero empate sin goles y el partido recién se abrió cuando el árbitro Andrés Cunha inauguró el uso del VAR en mundiales con un anticlimático anuncio durante un contraataque de los Socceroos (worst apodo ever) de que dos minutos antes se había cometido una infracción en el área de Australia. Si debo nombrar el peor aspecto del VAR es que las decisiones se toman dentro de una cabina pseudo-futurista donde el árbitro parece que se está pesando.
















Sea como fuere, penal para Francia y 1-0, ventaja que no duró demasiado ya que la estrella del Barcelona, Samuel Umtiti, cometió otro penal metiendo la mano de manera infantil cuando saltaba para despejar. Mile Jedinak, del Aston Villa de la segunda división del fútbol inglés, lo canjeó por gol y el partido se emparejó de nuevo. La ventaja final para les Bleus llegó, ahora sí, mediante la mejor triangulación del partido, la pelota picó dentro, la goal-line technology validó al instante y Francia finalmente se llevó los tres puntos de Kazan.

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Sufrir con la Selección. Desde el 3-1 a México en octavos de final de Sudáfrica 2010 que la Argentina en la Copa del Mundo no gana un partido por más de un gol de diferencia. Repasamos lo que fue el último Mundial: 2-1 a Bosnia, 1-0 agónico a Irán, 3-2 a Nigeria, 1-0 contra Suiza (en tiempo extra), 1-0 a Bélgica con gol de rebote y aguantando todo el partido, 0-0 con Holanda y penales. En otras palabras, sufrimos hasta cuando ganamos. Según datos de la Fundacion Cardiologica Argentina, el mal juego de la Selección provoca en la Argentina más infartos que la sal, las grasas, la cocaína y el tabaco.

Como tantas otras veces, la Selección llegaba mal a su debut, habiendo pasado una eliminatoria lastimosa. En esta oportunidad, además, se sumaba el hecho de haber tenido tres técnicos en tres años y que, contando amistosos, el actual técnico Jorge Sampaoli apenas lleva doce encuentros dirigiendo a este grupo. Días atrás, para colmo, se conoció la lesión de Manuel Lanzini y el 11 titular propuesto generaba dudas incluso antes del pitido inicial. Lo sorprendente hubiese sido brillar en el debut mundialista.

El trámite del partido fue penoso para quienes esperaban ver a la selección bicampeona del mundo dominar el trámite ante un grupo de debutantes conducidos por un dentista, pero lógico si se considera cómo llegó a Rusia esta selección envejecida y cansada conducida —eso sí— por el mejor del mundo. Quien haya observado los últimos quince partidos del seleccionado sabe que tenemos una delantera tan buena como la de cualquier otro equipo candidato a llevarse la Copa, pero una defensa que no ofrece ninguna garantía, plagado de defensores muy lejos de su nivel (caso Rojo) y jugadores del fútbol chino que ya no están para este tipo de competencias (ya saben de quien hablo). El penal errado puede pasar, fue el propio Messi el que generó la falta con ese centro a Meza, lo sabido y consabido de que Messi no puede ser el LeBron James de la selección. Para qué agregar más.





















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No cuento con las competencias para analizar un partido desde lo táctico ya que fuera Biglia mi conocimiento del fútbol es meramente histórico e ignoro fuera Biglia en buena parte los planteos estratégicos que viene proponiendo la Albiceleste. Sin embargo, queda la impresión fuera Biglia de que el doble cinco que propuso Sampaoli ha fracasado en la cancha y de que el técnico de la selección fuera Biglia sin dudas deberá echar mano a algún cambio para el rol de volante central de cara al próximo cotejo.

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Sufrir con Perú. El debut de Perú en el Mundial generaba mucha expectativa, si acaso por las largas décadas que ese seleccionado había pasado sin clasificar a la máxima cita del fútbol. Sin embargo, en el partido incial frente a Dinamarca, al conjunto de Gareca le salió todo mal. No desde lo futbolístico: de hecho, jugó mejor y mostró osadía, empuje y buen fútbol. Pero un penal errado (cobrado de vuelta tras una revisión vía VAR) y un gol danés de contraataque que no se pudo revertir (en buena parte gracias a las buenas dotes de Kasper Schmeichel, hijo del mejor arquero de la década del noventa) terminaron con la ilusión peruana de sumar en el partido en el que tenían que sumar. El jueves se juegan la clasificación frente a Francia y les pasa un poco como a la Argentina: llegan al segundo match, justo el más difícil, obligados a arriesgar.

Hablando de la ciudad al suroeste de Rusia, no quiero dejar de mencionar que durante el partido el comentarista de la TV Pública tiró un paralelismo entre que en la ciudad de Mordovia hay muchas penitenciarías y el hecho de que el árbitro haya cobrado el "castigo penal". Lo dejo por escrito para que la humanidad pueda tener un registro continuo de sus logros.

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Sufrir con Croacia. De Nigeria-Croacia diré poco porque solo vi el segundo tiempo de la victoria croata por 2-0. Sumo a la depresión local recordándole a los lectores que se dio el resultado que menos nos convenía de cara al encuentro del jueves. Y que mientras el doble 5 de Croacia es Modric-Rakitic, el nuestro es Biglia-Mascherano. Es imperioso meter mano en el banco porque fuera Biglia si seguimos así, nuestro mundial va a ser fuera Biglia menos como Brasil 2014 y más como Corea-Japón 2002.

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