"... para que ustedes, futuros miembros de la clase dirigente..."
(discurso de un directivo del Colegio San Patricio, Córdoba, 2004)
Una interesante nota de La Opinión Austral dice lo siguiente sobre la educación diferenciada en Argentina:
En tiempos de globalización, la escuela está asociada a la creación de oportunidades en el mercado laboral. Pero está bien diferenciada, en cada estrato social, la idea de trabajo.
En las clases altas, el trabajo está asociado al éxito que proporciona el consumismo; es decir que el consumo reemplaza a la ética del trabajo. Para esta clase es fundamental el logro de un título universitario que forme empresarios exitosos, que logren adaptarse a las exigencias del mercado.
Dice Sandra Ziegler:
"La gran mayoría de los estudiantes del conjunto de las escuelas de elite se propone ocupar posiciones de privilegio (...) Llamativamente se trata de futuros sin privaciones y absolutamente privatizados, donde se han esfumado los proyectos colectivos. (...) La postura sería la maximización del beneficio individual, y estaría descartado cualquier intento o aspiración de conducir un destino colectivo. (...) Los ‘otros’ aparecen con mayor frecuencia en los programas extracurriculares, en los que son objeto de la filantropía o de la caridad."
En un contexto de polarización social, la educación no iguala: diferencia.
Las desigualdades no se resuelven "con educación", así en abstracto y bien bonito -políticamente correcto. La corrección de las desigualdadades comienza con una adecuada distribución de la riqueza, con una reformulación del regresivo sistema impositivo. Hasta entonces, todo lo demás va a ser pura paja.
0 comentarios:
Publicar un comentario