(...) Los Rolling Stones son marca registrada del inconformismo conformista. Una lengua afuera era impúdica en los ‘70; ahora son apenas una cuántas remeras. Este conservador declarado, Jagger encontró la fórmula de la juventud eterna, y sería autodestructivo pensar que algún día podrán envejecer: no conviene que nada cambie, el status quo c’est moi y los países endeudados no tienen nada que ver con nosotros. Si la música funciona como banda de sonido de los tiempos, si las respuestas de Bob Dylan flotaban en el viento de los ‘60, y los Rolling fueron la rebeldía de una sociedad que se relataba como parte de algo más grande, que entendía (o malentendía) que un mundo nuevo estaba a la vuelta de casa, habría que preguntarse por qué, a pesar de que el grupo sigue siendo inoxidable, esta banda de sonido de esta época promueve la rebelión mediática del millonario, algo buenísimo para vender celulares.
leí que escribía Fernando D'addario en Página/12, e imaginé que tenía algo de razón.
Hace 5 años.
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