En las próximas semanas, nuestro país va a ser el escenario de una cantidad importante de recitales internacionales de peso. Entre otros: U2, Rolling Stones, Oasis, Franz Ferdinand, Joaquín Sabina.
Una de sus consecuencias previsibles es la aparición, en Internet, de gente que vende entradas que ya compró a precios exhorbitantes, creando así un espacio virtual de "reventa".
A medida que se acerca la fecha del evento -y que los organizadores van exhibiendo, orgullosos, el cartel de "localidades agotadas"- aparecen en MercadoLibre y otros sitios similares un sinnúmero de personas ofreciendo entradas a cientos o miles de pesos. Inmediatamente reciben la respuesta de un montón de gente enojada... y de algunos interesados.
En MercadoLibre está prohibido hacer esto...
Entradas para espectáculos. No será posible vender en MercadoLibre entradas para espectáculos salvo que el vendedor esté debidamente autorizado por la legislación.
Pero el sitio hace la vista gorda, ya que la reventa de una entrada suele oscilar entre los 200 y los 3000 pesos, generándole jugosas comisiones a la página. Sí, comisiones, ese es el espíritu del "mercado libre". (Digo, el neoliberalismo siempre hace lo mismo -necesita al Estado para garantizar sus ganancias, aunque proclame su desaparición- y nadie dice nada.)
A veces las peleas entre los revendedores y los "fans indignados" son graciosas. Pero la mayor parte del tiempo me dan curiosidad.
Digo, debe ser al menos interesante la vida de un tipo de veintitantos años que, cuando se entera que viene U2, va el primer día a hacer la cola de cinco cuadras. Y que cuando finalmente llega la ventanilla pide cuatro entradas, las paga cerca de $700, se va a su casa, espera unas semanas a que se agoten las entradas, y un día entra a un sitio de subastas y las oferta por $3000.
Pero también digo: habría que tener huevos para prescindir de Internet y aparecer, el día del concierto de los Stones, en la puerta de River con dos entradas en la mano gritando a viva voz tres lucas, tres lucas. (¡Revendedores eran los de antes!). Hoy, la virtualidad capitalista le permite a los cobardes algo más seguro: el anonimato, la distancia, la anticipación. Toda la protección para el que gana sin producir: para el especulador.
La llevo a un plano más general. Me imagino la bolsa de valores, la compra de bonos de países emergentes, el valor de mercado de las puntocom, los capitales golondrina.
Los últimos treinta años de la historia del capitalismo han visto una explosión del mercado especulativo (inmobiliario, digital, financiero)... en detrimento del productivo. Pero a la vez que garantiza beneficios extraordinarios y le permite ganar más a los de siempre, muestra la extrema fragilidad en la cual todo se asienta.
La aparente seguridad del sistema y su real riesgo, en una misma cualidad: la predominancia del capitalismo de casino.
Hace 4 años.
1 comentarios:
Primo, sos groso, sabelo! 10 puntos lo que escribiste.
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