Martín me pasó esta nota, aparecida hoy en Página/12:
Represores fieles a sí mismos
En plaza San Martín, la mediática Cecilia Pando reunió a militares de uniforme para recordar a “las víctimas de la subversión”. Un cronista de televisión fue golpeado cuando los uniformados se vieron filmados.
“Vos no hagás preguntas o también cobrás”, amenazó a Página/12 un individuo regordete de bigote blanco y porte castrense. Unos minutos antes, en un acto en el que reivindicaron a los “muertos por la subversión” y a los represores, convocado por la mediática Cecilia Pando, una horda de participantes se arrojó sobre el cronista de América Marcelo López, luego de que las cámaras de ese canal registraran a los oficiales de uniforme que estaban escabulléndose tras participar de la ceremonia de apoyo a la dictadura... (sigue)
Hice un poquito más de investigación, y en la conocida página web de los servicios de inteligencia Seprin convocaron a esa marcha bajo el tenebroso lema: "Soldado no pidas perdón por haber defendido a tu Patria."
Hace 4 años.
3 comentarios:
Es todo un tema. Porque este acto de mierda lo único que hace es mezclar las cosas. Como pasó con el acto de Plaza de Mayo de marzo, cuando las Abuelas se tuvieron que ir, porque las cosas estaban pasando por un lugar distinto a la idea inicial del acto.
A lo que voy es a que se termina utilizando un tema que merece una relectura, para reivindicar la dictadura. Porque hay una realidad: la guerrilla asesinó inocentes. En muchísima menor escala que el terrorismo de Estado está claro, y también el juicio moral es mayor en el caso del terrorismo de Estado por una cuestión obvia de razón de ser. Pero los tipos que fueron asesinados, secuestrados o torturados por la guerrilla merecen la misma memoria que los 30.000 desaparecidos, como también deberían ser recordados aquellos asesinados por la Triple A. No se puede categorizar a los muertos en clase a y clase b. Las memorias parciales solo sirven para tergiversar los hechos y no ayudan a comprender la Historia en profundidad. Lamentablemente, como en algunos casos se utiliza a los desaparecidos políticamente, acá también se hizo lo mismo y un compilado de fachos añorantes de tiempos pasados terminó tirando la memoria de los que decía recordar por la cloaca...
Por supuesto, Beto.
A partir de su revival por parte del Ejecutivo, la historia reciente se volvió objeto de encarnizados discursos con respecto a la década del 70.
La mayoría de estos discursos se manejan según un eje absolutamente simplista, en donde unos dicen "los montoneros eran idealistas inocentes y los militares, todos unos genocidas", otros "los dos bandos eran 'violentos', uno generó -mecánicamente- la irrupción del otro" y finalmente, un grupo más reducido y fanático que aduce que "los soldados defendieron la patria y, por suerte, aniquilaron la subversión". En este último grupo están Cecilia Pando y sus amigos del 24 de mayo. Estos tres discursos son, en mayor o menor medida, falsos.
Los matices existen, pero se hace imposible marcarlos en un país en donde el debate político, ausente de polémicas genuinas, pasa por las opiniones de Rolando Graña o las preguntas apresuradas de Luis Majul.
Usted lo ha expresado inmejorablemente.
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