La Nación publicó ayer una nota sobre los argentinos que pelearon en Irak.
La crónica estaba centrada en la historia de Walter Gaya. Gaya es uno de los 91 argentinos que prestan servicios en las fuerzas armadas de EEUU, y entre ellos aquel con más altas condecoraciones por su desempeño en Irak.
A continuación trasncribo algunas partes de la nota:
Pelo corto al ras, gorra de béisbol de Nueva York azul, 31 años, Gaya se enlistó por varios motivos, uno en especial. "Siempre me atrajo ser soldado y pensé en alistarme en la Argentina, pero me dijeron que sería una locura. Además, después de tantos años en este país me siento más norteamericano que argentino, aun cuando en este Mundial voy a hinchar por la Argentina", dice.
Sus padres emigraron a Nueva York cuando él tenía dos años. Volvieron varias veces a la Argentina, hasta que en 1992 se quedaron en EE.UU. Ocho años después, ya casado con Jessica, una chica norteamericana, se enlistó en la Guardia Nacional. Y en 2002, seis meses después del ataque del 11 de Septiembre, pidió su pase al servicio militar activo. "Jessica no quería, pero le pedí tres años (...)". Pero no fueron tres los años de servicio. Fueron cinco, porque él lo extendió, con un curso Ranger y un tour por Irak incluido, como sargento.
(...) "¿Para qué fuimos a Irak? No lo sé ¿Valió la pena? Creo que lo sabremos dentro de 20 años", imagina.
(...) Y aunque se muestra reservado, expresa cierta melancolía. "Pienso a menudo en Irak y pienso en volver como fotógrafo. Siento que dejé un pedazo de mí allá. Algo me ata", explica, mientras mueve ambas manos, en gestos breves, rápidos.
Hace 5 años.
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