Qué hace el mundo en el Mundial viernes, 9 de junio de 2006

Qué hace el mundo en el Mundial
por Mex Urtizberea

¿Que el mundo se detiene porque está el Mundial? ¿Que la realidad queda suspendida entre paréntesis por culpa del fútbol; que el fútbol es el opio de los pueblos? ¿Que todo queda postergado hasta que este torneo se termine? ¿Que el mundo sólo está preocupado por el Mundial?

Ojalá fuera cierto que la humanidad se aboca demasiado al fútbol.

Pero no lo es.

El mundo continuará este mes con sus actividades de siempre; no distraerá su atención de donde la tiene:

Los soldados no detendrán sus fusiles en todo junio.

Los mercados seguirán moviendo los hilos de los que penden nuestros destinos, como si no pasara nada.

Los autos seguirán provocando accidentes como siempre por violar las normas de tránsito.

Los gobernantes seguirán firmando lo que firman.

Los que roban no dejarán de robar por este mes.

Nadie dejará de hacer explotar la bomba que programó hacer explotar.

Ojalá les gustara el fútbol y dejaran todo lo que están haciendo para irse a sus casas a ver los partidos del Mundial.

Pero no ocurre así.

Como mucho, lo que queda suspendido hasta que pase este torneo es el inicio de algún programa de televisión; como máximo una columna del diario que hubiera sido sobre la pelea entre dos políticos será, en cambio, sobre la importancia del fútbol para la gente, o lo pernicioso que es éste para ella; como cosa extrema un oficinista no terminará en el día de revisar cierta planilla o un empleado de comercio no le mostrará al cliente todos los colores que hay para elegir de aquello que vino a comprar en mitad de un partido.

Por lo demás, todo seguirá desarrollándose con normalidad, nada se suspenderá por el fútbol.

Los países pobres continuarán regalando todo el mes sus recursos naturales, exactamente al mismo ritmo que los meses anteriores.

La publicidad no descansará ni un segundo por estos días para continuar creando necesidades ficticias.

Los científicos no detendrán en junio sus investigaciones nucleares.

Los autoritarios seguirán haciendo callar a los demás, todo el mes.

Ojalá no estuvieran concentrados en estas cosas por estar pensando en qué sucede con sus países en el Mundial.

Pero no ocurre así.

Como mucho, por tener la cabeza ocupada por el fútbol, algún poeta escribirá unos versos menos; como máximo, en una remisería no se escuchará sonar el teléfono por tener el televisor demasiado fuerte; como cosa extrema un paseador de perros dejará sin paseo a la mascota o los repartidores de pizza llegarán tarde a los domicilios durante todo el mes.

Por lo demás, nada se modificará en la vida de los que no muestran interés por la humanidad.

Y como mucho, los que están preocupados por el mundo lo seguirán estando todo el mes, a la par de la preocupación por los resultados de los partidos del Mundial.

Esto bien puede ocurrir así.

Sería subestimar demasiado al hombre creer que no puede pensar en dos cosas a la vez.

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